Nueva York lleva años conquistando a todo tipo de viajeros. Y lo hace gracias a innumerables atractivos que se han ganado el reconocimiento internacional y que son ya un referente y una visita obligada para todo el que pasa por la ciudad. Hablamos de íconos como Times Square, la Estatua de la Libertad, Empire State, Central Park, Broadway… No necesitan presentación, ¿Verdad?.
Pero la Gran Manzana no se queda dormida y siempre busca reinventarse y seguir sumando novedades a la ciudad. Hoy queremos hablarte, y recomendarte, cinco nuevos atractivos turísticos que están acaparando la atención de neoyorquinos y turistas.
The Summit en el One Vanderblit
Disfrutar de las vistas panorámicas de Nueva York desde uno de sus muchos rascacielos es algo que hay que hacer siempre. Históricamente, el Empire State o el Rockefeller Center se han turnado el interés de los turistas, pero desde hace unos meses, el edificio One Vanderblit acapara todas las miradas. Este edificio mide 427 metros y se sitúa en la 42 con Vanderbilt Avenue y cuenta con un impresionante mirador a 324 metros. Se trata del “The Summit”, y es especial porque, además de ofrecer una perspectiva distinta a los antes citados desde sus cristaleras, es un mirador caleidoscópico que incluye espejos que reflejan Manhattan desde todos sus ángulos. Este novedoso mirador se encuentra entre los pisos 91 y 93.
Pero, si quieres más, hay más, porque, a través de un ascensor de cristal, podrás subir hasta el piso 100 situado a 369 metros de altura. ¿Más aún? Pues seguimos: también podrás ver Nueva York desde unas cajas de vidrio transparente suspendidas sobre Madison Avenue.
The Edge
Seguimos en las alturas. Muy poquito antes de que la pandemia nos encerrase a todos, el 20 de marzo de 2020 se inauguró The Edge, un nuevo rascacielos de 345 metros que permite al visitante ver la ciudad desde una panorámica de 360 grados. Se trata del rascacielos con el observatorio al aire libre más alto de todo el hemisferio norte. Su altura y posición es tal, que permite divisar los barrios de Brooklyn, Queens, New Jersey y el siempre imponente Central Park.
Lo encontrarás en la planta 100 el edificio situado entre las calles 30 y 34, en el Hudson Yards, y también tiene una superficie acristalada para que pasees sobre la ciudad como si volaras encima de ella.
Si te atreves, y tienes 185 dólares, puedes disfrutar de City Climb, una atracción en The Edge que te descuelga de una cuerda sujetada por un arnés para que la sensación de volar sobre Nueva York sea aún mayor.
Little Island
Más de 1.000 columnas de hormigón soportan, entre los muelles 54 y 56, Little Island, un nuevo parque de islas artificiales que se apoyan en dichas columnas sobre el río Hudson y se ha convertido ya en un nuevo y querido espacio verde en la ciudad. Dada su situación, ofrece preciosas vistas de la ciudad y es muy recurrente en el atardecer. La entrada es gratuita.
Una vez dentro podrás disfrutar de los gigantescos tulipanes que parecen surgir del agua, food trucks, espacios verdes y un anfiteatro para 800 personas.
The Vessel
Todo aquel que ha podido visitar Nueva York desde el año 2019 seguramente ya ha visitado The Vessel, uno de los nuevos íconos de la ciudad. Se trata de un curioso edificio de 45 metros formado por 154 escaleras y 80 rellanos. En total, 2.500 escalones de los que, si no te pierdes por el laberinto que forman, necesitarás subir solamente 240 para llegar al punto más alto y disfrutar de las vistas. Dada su altura, las vistas no son tan espectaculares como las de los miradores que te hemos contado, pero lo que hace especial este atractivo es más bien su arquitectura y formar parte de esta especie de aventura que puede ser elegir tu camino para subir. Además, por fuera es también muy llamativo. Visitar The Vessel es gratis.
High Line
Es la menos nueva de los atractivos que te proponemos, pues data del año 2009, pero va ganando adeptos poco a poco. High Line es una vieja vía del tren elevada que transcurre por Meatpacking District, Chelsea y Hudson Yards. Son 2,3 kilómetros que se pueden recorrer gratuitamente y que se han convertido en un remanso de paz gracias a sus zonas verdes.
No deja de ser curioso ver la transformación de una vía de tren, que en los años 30 transportaba mercancías, en un parque público lleno de flores, arbustos y árboles que, además, y gracias a los vecinos, no fue derribada para construir edificios.
El éxito de la High Line ha sido tal, que a su alrededor se ha desarrollado un barrio lleno de pisos y oficinas de lujo. El paseo es muy agradable.
A estas novedades, por supuesto, debes sumar los atractivos que siempre ofrece New York y que hacen que en esta ciudad aburrirse no sea nunca una opción.
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